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La forma en que las personas perciben el color es muy compleja. A continuación cinco descubrimientos que dan color a nuestro mundo:
Lo que percibimos como azul no es azul en realidad
De acuerdo con Jay Neitz, profesor de ciencias visuales en la Universidad de Washington, en realidad no percibimos el azul, utilizamos una combinación de lo que llamamos azul y verde para poder percibir dicho color.
Científicamente, la longitud de onda para la sensibilidad máxima del cono azul humano es de 415 nanómetros, que en realidad sería un color violeta. Lo que nosotros llamamos azul esta registrado a 480 nanómetros, el color utilizado para representar al azul en las pantallas de televisión.
Nuestros ancestros tenían visión UV
Algunos animales nocturnos tienen visión ultravioleta para distinguir formas y colores en la noche. Conforme los ancestros de los humanos se fueron convirtiendo gradualmente en seres diurnos, nuestra visión evoluciono al espectro de luz azul. Estos seres aún no podían distinguir entre el rojo y el verde, sin embargo, hasta hace 30 millones de años, cuando desarrollaron una perfecta visión tricromática.
Incluso hoy en día, el 8% de los hombres no puede distinguir entre el rojo y el verde, debido a que heredaron nuevas mutaciones de sus ancestros.
Lo que nosotros vemos no es igual que lo que los animales ven
Casi todos los vertebrados tienen cuatro conos, o otros, dejando de lado a los primates, tienen dos. Por lo tanto, perros, gatos, ratones, ratas y conejos ven principalmente grises, azules y amarillos. Pero las abejas y mariposas pueden ver patrones UV en los colores invisibles para nosotros. Algunas especies marinas pueden ver colores más allá del espectro ultravioleta.
Existen más colores de los que vemos
A pesar de que algunas personas creen que se puede entrenar el ojo para percibirlos, la mayoría de la gente no puede percibir estos ‘colores prohibidos’.
Debido a que las frecuencias de la luz roja y blanca y de la luz amarilla y azul se cancelan la una a la otra, los humanos no logramos verlos al mismo tiempo.
Tu verde podría ser mi morado
Mientras que nuestros ojos son esenciales para la visión, nuestros cerebro es el que interpreta la información que llega de nuestros conos.
En un estudio realizado en el 2009, el profesor Neitz encontró que el cerebro de los simios se adaptaba a recibir señales de conos rojos al ser inyectados con un virus que insertaba un gen en el ADN de los animales que infectaba algunas se sus células sensibles al cono verde. A pesar de que sus cerebros no estaban conectados para responder a señales de conos rojos, se adaptaron y lograron distinguir entre verde y rojo.
Entonces, de igual forma, los humanos pueden desarrollar un sentido único del color, basado en la experiencias individuales del mundo.
Fuente: Muy Interesante