Bancos están más atentos del servicio

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Existe el reto de hacer una diferenciación en los productos que ofrece la banca a los mexicanos.

El Buró de Entidades Financieras (BEF) apareció en el sistema financiero mexicano hace poco menos de ocho meses, y aunque hasta diciembre pasado se completó la revisión de todos los sectores que lo componen, ya comienza a tener impacto en el sector bancario.

“El efecto de una mayor información debe diferenciar más los productos de cada banco y atraer nueva clientela”, comentó Raymundo Tenorio, director de las carreras de Economía en el ITESM Santa Fe. Por ello, los primeros interesados por las notas son los propios bancos.

La banca se fija en las notas

Los bancos muestran interés en las calificaciones del buró, tanto de cada uno de sus productos como su institución en sí. “Cuando lo comparan a uno con la competencia, se motiva a mejorar y a ofrecer productos más competitivos. Siempre el beneficiado es el consumidor”, explicó Adolfo Pérez Borja, director general de Banco Actinver.

La motivación se traduce en acciones. “Los bancos se han acercado para mejorar sus calificaciones, para ver cómo mejorar en aquello que salieron mal. Ha habido un interés patente por mejorar”, comentó al respecto Mario Di Costanzo, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Por su parte, Gerardo Aparicio Yacotú, director de la Escuela de Administración y Finanzas de la Universidad Panamericana, opinó que a un banco dedicado al retail “le interesa mucho ocupar los mejores lugares de este ranking, pues ahora se le verá ya sin la parte mercadológica que nos nubla un poco la vista”, como pueden ser los anuncios comerciales.

A pesar de las buenas intenciones de las entidades, destaca el hecho de que en la segunda revisión —con datos de enero a septiembre del 2014— se reportó una baja en la calificación promedio de la banca de varios productos del sector, así como un ligero aumento en el número de bancos reprobados, tales como la tarjeta de crédito o el crédito hipotecario.

En opinión de Di Costanzo, más que una baja en la calidad de la oferta bancaria, esto se debe a una revisión más exhaustiva. “La Condusef ha hecho un esfuerzo por revisar cada vez más”.

Comparando notas
Las calificaciones de la Condusef pretenden ser más que cifras y reflejar de manera fiel la realidad de la oferta de productos bancarios.

Para asignar una nota, la revisión necesaria consta de dos partes: una “revisión de gabinete”, explicó Di Costanzo, que examina el contrato que está inscrito en el registro de contratos de adhesión, y una revisión “in situ de expedientes reales”, para verificar que lo registrado es lo mismo que utilizan con los usuarios.

Destacan dos rubros en las evaluaciones. El primero corresponde a la transparencia y claridad de sus contratos, que cumplan con la ley de transparencia y ordenamiento de los servicios financieros. El otro rubro es la existencia de cláusulas abusivas en los contratos.

Ya sea por efecto de la revisión más exhaustiva de la comisión o por algo más, las cifras muestran que ahora hay más cuestiones a mejorar que antes.

De los nueve productos bancarios en el BEF que ya tienen un segundo reporte de datos (de enero a diciembre del 2013 y de enero a septiembre del 2014), con lo cual se permite hacer un comparativo, en siete de ellos se reportan ahora más bancos con calificación reprobatoria. Dichos productos son: tarjeta de crédito, crédito personal, crédito hipotecario, crédito automotriz, cuenta de nómina, cuenta de ahorro y cuenta de cheques.

Además, se detectaron más cláusulas abusivas en cinco de los nueve productos, específicamente en tarjeta de crédito, crédito personal, crédito de nómina, crédito hipotecario y crédito automotriz.

La calificación promedio de la banca aumentó en tres productos: crédito de nómina, cuenta de ahorro y pagaré con rendimiento. La calidad en la información del producto al menos se ha mantenido en tres de ellos (crédito personal, crédito de nómina y crédito automotriz), disminuyó en menos de dos décimas en un producto (cuenta de cheques) y aumentó en uno (pagaré con rendimiento).

Falta aprovechar las cifras
Con tantos índices y notas se puede perder de vista la verdadera cuestión: el bienestar de los usuarios. Hay que centrarse en los productos que tienen un impacto más directo en las personas.

El producto más importante en el sistema bancario, o el que más penetración ha tenido, es la tarjeta de crédito, especifica Di Costanzo. El segundo producto en importancia es la tarjeta de débito; sin embargo, tiene la particularidad de no ser un producto unitario en el BEF, sino que va ligado a varios productos registrados en el buró, como la cuenta de ahorro, la cuenta tradicional o la de nómina.

El crecimiento y volumen de dichos productos ha sido considerable. Por ejemplo, existen cerca de 25.5 millones de cuentas o contratos de nómina, abundó .

Las calificaciones ya están y los bancos lo saben, pero también falta que más gente lo sepa. “Los consumidores requerimos ejercer nuestra soberanía con información. La información está disponible, pero pocos sabemos que la tenemos a disposición”, reflexionó Tenorio.

Prueba de ello es que en la actualidad, no necesariamente coincide que los bancos con mejor nota en determinado producto sean también los que más contratos tengan. “El buró es relativamente nuevo, la influencia que tendrá sobre los consumidores se podrá ver a partir de este año”, consideró Di Costanzo.

De momento, ya hay cifras que indican cierto interés de la gente. Al 15 de febrero se registran 241,000 entradas al sitio web del buró. “Para mí ha sido una penetración importante, pero todavía va a dar más el buró”, argumentó.

Poco a poco, el buró obligará a los usuarios a “culturizarse”, opinó Aparicio. “Esto lo lleva a una espiral de educación financiera incrementada para la población, para indagar un poco más en lo que significa cada producto financiero que está calificado”, concluyó.

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Fuente: El Economista