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Este tipo de jefe le enseña a su equipo a generar decisiones que creen cambios, dicen expertos; fomentar un método, aplaudir las derrotas y evitar perder foco son algunos de su rasgos.
Detrás de las oficinas en las que imperan empleados con nuevas ideas, satisfechos y proactivos hay un líder persuasivo.
Pero ésta no es la constante en la mayoría de las empresas. Por lo general, los jefes no enseñan a sus equipos a tomar decisiones, o nulifican la iniciativa del empleado al tratar con indiferencia la generación de nuevas ideas, señaló Ernesto Weissmann, fundador de la consultora Tandem Soluciones de Decisión.
“Predomina un modelo de empleado espectador que no sabe cómo entrar a la cancha por miedo. Eso da como resultado que menos del 50% de las ideas que propone sirvan para generar cambios”, agregó.
Un líder persuasivo, por el contrario, es aquella persona que empuja a otros a actuar. A diferencia de otros modelos de liderazgo, como el carismático, que inspira pero no necesariamente mueve a la acción, el persuasivo se conecta con la gente y enseña el proceso de generar decisiones para crear cambios, dijo Weissmann, ponente invitado del World Business Forum.
“Fabricar una decisión es más complejo, implica mapear diferentes escenarios para llegar a una opción y no solo guiarse por intuición. Pero el empleado muchas veces desconoce cómo estructurar problemas”, añadió Ernesto Weissmann, consultor para empresas como la empresa petrolera Repsol.
¿Qué caracteriza a un líder persuasivo?
1. Confía en los métodos y no sólo en intuición
Los empleados se quejan de trabajar en proyectos que muchas veces no conducen a nada y la causa de ese problema es un líder sin plan de acción.
Lo primero que haría el líder persuasivo es distinguir entre las decisiones urgentes, a largo plazo y casuales. Si se trata de un tema que impactará en el futuro es necesario fabricar la decisión con un proceso similar al de crear un producto: generar ideas, valorarlas, analizar la compatibilidad y ponerlas a prueba.
“Resolver todo por intuición es un arma para no justificar cómo llegaste a la decisión y es peligroso. En los negocios las cosas no son estandarizadas; es imposible repetir una misma acción”, dijo Weissmann.
2. Hace a un lado el ego
Por el hecho de ser jefe la gente se considera “mejor que el promedio”, alerta Weissmann. El ego se lleva un porcentaje en los resultados de la compañía, al menos 15% de las ideas que producen facturación proceden de una “sola cabeza”. ¿Y qué pasará cuándo ésta falte?
Las decisiones donde participan varios empleados garantizan un escenario más competitivo a largo plazo. Pero una buena idea no es producto de sentarse a platicar y llegar a un acuerdo, esto es una falacia y una de las peores formas de llevarlos a cabo por ser lenta. Votar es más efectivo, siempre y cuando el jefe clarifique los roles de los empleados para evitar duplicar ideas.
3. Abraza el fracaso
No todos los líderes “mueven a otros” porque para ello necesitan reconocer antes su vulnerabilidad y tener como aliado el fracaso, cosa mal vista en las empresas, indicó Estanislao Bachrach, experto en neurociencia.
“Entrenar tu mente en el sentido de saber qué causa miedo y frustración, ayuda a dirigir mejor pero eso requiere un trabajo que muchos CEO detestan: autoconocerse”, agregó el doctor en biología molecular.
Dedicar una hora semanal a reconocer la vulnerabilidad en el ambiente de trabajo no te hace débil, por el contrario ayuda a identificar qué tipo de estímulos te mueven hacía nuevas ideas.
4. Evita ser multitareas
Se dice que el ser humano solo utiliza una parte de su cerebro, la realidad es que “sólo puede utilizar 2% de su capacidad al mismo tiempo”, explicó Estanislao Bachrach.
Mientras más actividades, mayor el estrés para este órgano, además de que se pierde el sentido de lo urgente, que se relaciona con el córtex frontal del cerebro. Un líder que busca calidad entiende que entre más trabajo asignado exista se es más deficiente, subrayó el investigador.
5. Aplaude las derrotas
“Algo que cae muy bien a las empresas son las fiestas del fracaso, porque la gente reconoce que se ha equivocado sin vergüenza”, señaló el especialista en neurociencia.
Cualquiera que se jacte de ser un líder que apoya a otros promueve las ventajas de equivocarse. El mayor error que hoy prevalece en las organizaciones es que los jefes, al no encontrar lo que quieren oír, castigan el ejercicio de generar ideas con indiferencia y el empleado pierde interés.
Fuente: CNN EXPANSIÓN