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Un nuevo estudio, de la Universidad Bishop, en Canadá, ha descubierto que la personas que son tienden a procrastinar tienen un mayor riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares y presentan una presión arterial alta.
Los investigadores han definido la procrastinación como un rasgo de la personalidad en el que la respuesta de una persona es evitar y retrasar la realización de tareas tediosas o difíciles que no tendrán una gratificación inmediata.
Para probar los efectos a largo plazo de la procrastinación, los investigadores analizaron a 980 voluntarios, a los cuales dividieron entre los que presentaban hipertensión y enfermedades vasculares y los que no.
Después de responder cuestionarios para averiguar la demografía y la historia médica de los participantes, se les pidió completar la Escala General de Procrastinación de Lay, utilizada para medir la procrastinación como un rasgo de la personalidad que prueba el nivel de procrastinación en una serie de escenarios hipotéticos.
Una vez que obtuvieron los resultados, los investigadores encontraron una relación entre las personas que procrastinan de forma habitual y aquellos que había sido diagnosticados con un padecimiento cardiaco.
Los resultados, publicados en la revista Journal of Behavioural Medicine, podrían ayudar a prevenir y mitigar los efectos de procrastinar.
Los científicos piensan que la relación descubierto puede tener que ver con el hecho de que los procrastinadores pueden posponer tareas como el ejercicio o seguir una alimentación saludable, y la evasión de éstas prácticas puede derivar en problemas de salud crónicos. Además que al procrastinar dejas de lado pendientes que deberás realizar tarde o temprano y al tener postergarlas las tendrán que realizar bajo mayor presión, el estrés y su efecto negativo en las respuestas inflamatorias del cuerpo también contribuyen al desarrollo de enfermedades cardiacas.
Fuente: Muy Interesante