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El 5 de mayo el Banco de México anunció que en el primer trimestre de 2015 ingresaron a nuestro país 5,727.3 millones de dólares (mdd) por concepto de remesas. Esta es la cifra más alta de la historia para un primer trimestre, por lo que esta noticia le causó mucho gusto a políticos y analistas nacionales. Pero como veremos más adelante, lo que confirma ese dato es la mala situación económica que enfrenta nuestro país.
Con esto en mente comencemos con el análisis de las cifras: en el 2014 México recibió por concepto de remesas un total de total de 23,645.0 mdd, lo cual equivale a unos 316,013 millones de pesos (mdp) al tipo de cambio promedio de dicho año. Sabemos que las empresas que se dedican al envío de remesas no se distinguen por ofrecer la mejor paridad peso-dólar a la hora de pagar los envíos de dólares, pero de igual manera esta cifra nos da una buena idea de lo que las familias mexicanas obtienen por este concepto y lo mucho que estos ingresos sirven para dinamizar el comercio de algunas entidades.
Por su parte, en los primeros tres meses de 2014 México recibió 5,459.5 mdd, mientras que en el primer trimestre de 2015 fueron 5,727.3 mdd, lo que equivale a un incremento de 4.9% en términos nominales en dólares; pero en términos de pesos al tipo de cambio promedio de cada trimestre, vemos que los envíos de remesaspasaron de 72,112 mdp a 86,997 mdp, lo que equivale a un incremento de 20.6% en el año.
Estas cifras son interpretadas por algunas autoridades como algo muy positivo para el país, pero la realidad es que el fuerte incremento de lo que se recibe de remesas refleja dos cosas: que la situación económica en Estados Unidos está mejorando de manera que los mexicanos que viven allá tienen más y mejores empleos, y que cada vez son más los mexicanos que se ven forzados a irse al país vecino del norte ante la falta de oportunidades para encontrar un buen trabajo aquí.
Las autoridades nos dicen en los discursos oficiales que vamos muy bien porque el número de trabajadores registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aumentó en 765,948 personas entre abril de 2014 y el mismo mes de 2015, lo cual equivale a un incremento de 4.5%, pero la realidad es que mucho de este aumento obedece a los esfuerzos por parte del IMSS para regularizar el empleo en las empresas, y no significa que sean empleos nuevos. No suena lógico que la tasa de creación de empleos sea el doble de lo que crece la economía.
Una manera de confirmar la debilidad del mercado laboral es con las cifras del INEGI, las cuales señalan que entre el cuarto trimestre de 2013 y el mismo trimestre de 2014 la población ocupada en México disminuyó en 121,801 personas, es decir, en un año en México se retiraron de la fuerza laboral dicho número de personas, aunque la Tasa de Desocupación pasó en el mismo periodo de 4.63% a 4.38% de la población económicamente activa.
¿Qué significa que el desempleo baje y al mismo tiempo haya menos gente trabajando? Pues por una parte puede ser que algunas personas dejen de trabajar para dedicarse al hogar, se hayan metido a estudiar o se hayan retirado por edad, pero también es producto de que muchos de estos trabajadores simplemente emigraron a los Estados Unidos al ver que la situación económica de dicho país ha mejorado considerablemente a tal grado que ahora en día su tasa de desocupación es de 5.5%, la más baja desde 2008.
Así pues, cuando se mencionan las buenas cifras de remesas, no debemos olvidar que éstas son producto de que en México no estamos haciendo las cosas bien ya que no se están creando los empleos que se requieren y los salarios en términos reales van a la baja. Muestra de ello es que entre el cuarto trimestre de 2013 y el mismo trimestre de 2014 el número de personas de la población ocupada que gana más de 5 salarios mínimos disminuyó 10.4%, mientras que los que ganan entre 1 y 2 salarios mínimos crecieron 2.9 por ciento.
Aunado a todo lo anterior, tampoco podemos dejar de lado que el envío de remesas al país tiene un costo social altísimo ya que implica, en muchos casos, la separación de familias; y por si esto fuera poco, también debemos tener presente que muchos mexicanos mueren en el intento de cruzar a los Estados Unidos, y los que llegan a su destino sufren de discriminación, acoso por parte de autoridades, violación a sus derechos, entre muchas otras vejaciones.
Ante esto, lo que el gobierno federal debería hacer es implementar verdaderas políticas que promuevan y faciliten la creación de empleos. Para ello se debe ajustar el marco fiscal para nuevamente hacer completamente deducibles las prestaciones laborales, se deben impulsar las exportaciones mexicanas, y se deben implementar medidas para castigar prácticas ilegales de comercio internacional que afectan a industrias intensivas en mano de obra como en los sectores calzado, vestido y textil.
De igual manera, es importante que existan más apoyos para micro, pequeñas y medianas empresas a través del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), ya que actualmente éstos son escasos y se ha vuelto muy complicado que estas empresas puedan acceder a los apoyos porque los trámites burocráticos requeridos para acceder a los apoyos obligan prácticamente a las empresas a tener un experto que las asesore.
La asignatura pendiente en México se llama empleo, sólo así frenaremos la emigración y se reactivará el mercado interno, esperemos que lo que resta del sexenio esta sea la prioridad del gobierno federal, ya que como hemos visto la simple aprobación de las reformas estructurales no ha hecho gran cosa para transformar la realidad de millones de mexicanos que buscan un empleo bien remunerado.
Fuente: El Financiero