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Los paraísos fiscales han sido el refugio de los evasores de impuestos y de capital ilícito, por lo que en los últimos años.
han surgido iniciativas como el intercambio de información para terminar el secreto bancario y así poner fin a esta práctica.
Por años los paraísos fiscales han sido refugio para los evasores de impuestos y un destino propicio para los capitales provenientes de actividades ilícitas, pero su fin está cada vez más cerca.
Si los países y territorios cumplen con los convenios que han firmado sobre intercambio de información en materia tributaria y financiera, que implica el fin del secreto bancario, en 2018 dejarán de ser catalogados como paraísos.
Para la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) actualmente sólo figuran cuatro jurisdicciones clasificadas como paraísos. En el primer listado, que data del año 2000, contabilizó a 32 países y territorios. Un requisito para salir de la lista fue que cada país debía firmar como mínimo 12 acuerdos.
Ante los millones de dólares perdidos por los gobiernos que tributan las ganancias generadas fuera del país, en los últimos años han surgido iniciativas para poner orden en esta “fiesta” de ganancias no compartidas.
Así, a finales del año pasado México y otras 50 jurisdicciones de países miembros de la OCDE y del G-20, firmaron un acuerdo para el intercambio inmediato de información financiera.
REORIENTACIÓN
Unos países se comprometieron a divulgar información financiera solicitada a partir de 2017 y otros, como Suiza, después de 2018.
La agudeza en la regulación bancaria como herencia de la crisis financiera y la tendencia global de colaboración entre países para el intercambio de información financiera en la batalla contra la evasión fiscal, ha dibujado un escenario en el que los llamados paraísos fiscales tendrán que reinventarse para competir no sólo por sus tasas impositivas nulas o laxas, sino que deberán ofrecer algo más para compensar la desaparición del secreto bancario.
Estas jurisdicciones discretas se reservaban el derecho a divulgar datos sobre cuentas e inversiones de extranjeros en su territorio, muchas ni siquiera exigían un registro para sus archivos.
La OCDE define a los paraísos fiscales como “una jurisdicción que se configura activamente a sí misma con el fin primordial de evadir impuestos”. La Agencia Tributaria de España tiene en su lista más de 30 paraísos fiscales, que se caracterizan por su baja o nula tributación, así como por la ausencia o mínima información que ofrecen. Colombia también tiene su listada 41 países, mientras que Venezuela cuenta con 82 registros.
“Con el intercambio de información ya no hay secrecía de cuentas. Los llamados paraísos fiscales van a poder seguir operando de la misma manera, obviamente pierden atractivo para aquellos que en algún momento lo que buscan es esconder activos”, señaló el abogado fiscalista internacional, Luis Gerardo Del Valle Torres, socio de la firma Jáuregui y Del Valle.
Con la eliminación del elemento de la secrecía, estas jurisdicciones tendrán que diseñar esquemas que mantengan el atractivo para la llegada de flujos.
“Bahamas no es un paraíso fiscal, es un jurisdicción de bajos impuestos”, precisó a El Financiero el ministro de Servicios Financieros, Ryan Pinder.
No obstante, si Las Bahamas desean jugar un rol de tiempo completo en la moderna comunidad financiera e impedir flujos financieros ilícitos, debe avanzar en ofrecer una transparencia financiera satisfactoria, advierte Tax Justice Network y afirma que esta jurisdicción no mantiene detalles sobre la propiedad de compañías en sus registros oficiales, no requiere que la contabilidad esté en registros públicos, no promueve evitar la evasión fiscal vía un sistema de impuesto al crédito y parcialmente cumple con estándares internacionales antilavado de dinero.
LOS CAMBIOS
Bajo los acuerdos con la OCDE, las jurisdicciones deberán asegurar la propiedad e identidad de la información relevante por sus autoridades competentes, deberán liberar reportes contables y la información bancaria deberá estar disponible sobre todos los tenedores de cuentas.
Las autoridades tendrán el poder de obtener y proveer información sujeta a una solicitud, de cualquier persona en su territorio y contar con mecanismos que provean un efectivo intercambio de información con los socios más relevantes.
Oxfam calcula que 19.5 por ciento de los depósitos a nivel mundial pertenecen a extranjeros que los mantienen en paraísos fiscales, cifra que equivale a 18.5 billones de dólares. Esto implica la pérdida de 156 mil millones de dólares en impuestos, aunque aclara que estas cifras podrían ser conservadoras.
Según datos de Tax Justice Network, hay entre 21 y 32 billones de dólares de riqueza privada sin pago de impuestos o muy pocos, en jurisdicciones de este tipo alrededor del mundo. Los flujos financieros ilícitos transfronterizos agregan un estimado de 1 a 1.6 billones de dólares cada año.
Muchas jurisdicciones utilizan el secreto bancario para atraer flujos financieros ilícitos e ilegítimos o abusivos, expone esta red y advierte que el problema va más allá de los impuestos.
“El mundo de las transacciones a distancia corrompe y distorsiona los mercados e inversiones, ya que se conforma de modo que no tienen nada que ver con la eficiencia. Por el contrario, es tierra fértil para fraude, evasión fiscal agresiva, malversación de fondos, lavado de dinero y mucho más”, afirma en un reporte.
Fuente: El Financiero