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“No sé por qué sobreviví y viví tanto tiempo”. A 70 años de la bomba atómica.
Sunao Tsuboi, es un sobreviviente de Hiroshima. Hoy es nonagenario, pero cuando explotó la bomba era un joven estudiante.
“No sé por qué sobreviví y viví tanto tiempo. Cuanto más lo pienso, más doloroso es este recuerdo». Con esas palabras llenas de dolor e impotencia, Sunao Tsuboi, un sobreviviente nonagenario de Hiroshima cuenta el calvario de su vida tras la bomba atómica que hace 70 años sembró muerte en la ciudad japonesa.
Entonces estudiante, se encontraba a 1,2 kilómetros del lugar del impacto. Cuando se incorporó, la camisa, el pantalón y su piel colgaban, de las llagas salían venas, faltaba una parte de las orejas. Vio entonces a una adolescente con el globo ocular derecho que le colgaba en el rostro y, no lejos de allí, una mujer intentaba impedir que se le cayeran los intestinos.
Tres días después de Hiroshima, el Ejército estadounidense lanzó una bomba de plutonio en la ciudad portuaria de Nagasaki y dejó unos 74.000 muertos. Estas dos bombas dieron un golpe fatal al Japón imperial, que se rindió el 15 de agosto de 1945, poniendo punto final así a la Segunda Guerra Mundial.
Siete décadas más tarde, el uso del arma atómica al final de la Segunda Guerra Mundial sigue dando pie a una división de opiniones. Un 56% de los estadounidenses consideran que los ataques nucleares de Hiroshima y Nagasaki estaban justificados, según un sondeo realizado en febrero por el instituto Pew Research Center en febrero, pero para un 79% de los japoneses estaban injustificados.
Paul Tibbets, piloto del bombardero estadounidense B-29 bautizado En ola Gay que arrojó la bomba de uranio, dijo en una entrevista en 2002, cinco años antes de su muerte: «Sé que hicimos lo que debíamos».
Washington, estrecho aliado de Tokio después de la guerra, nunca pidió disculpas oficiales por estos bombardeos.
Fuente: Agencias