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Todd Hoffman es uno de los líderes de equipo y uno de los protagonistas más llamativos de Fiebre de oro. Conoce aquí algunas de sus filosofías de trabajo.
Fiebre de oro nos permite acompañar a varios equipos de mineros en las tundras heladas del Ártico a medida que luchan contra el suelo y los elementos en busca de este elusivo –pero altamente codiciado– metal. Las máquinas que se descomponen, los duros terrenos y la inminente llegada del otoño son algunos de los problemas más comunes que azotan a los protagonistas del programa.
Pero quizá sea Todd Hoffman –uno de los líderes de equipo–, quien tenga la historia más curiosa para explicar su llegada a las remotas regiones de Alaska. Hoffman, que en 2010 tenía un local de aviación en su ciudad natal de Sandy, en Oregon, decidió que era hora de un cambio cuando la crisis económica en Estados Unidos comenzó a afectar su negocio.
Determinado, Todd partió hacia el norte en busca de oro, llevando consigo a su padre y al equipo de Discovery para documentar la travesía. El grupo que lidera Todd hoy ha pasado por muchas experiencias: ha perdido su tierra y ha cosechado éxitos, ha sufrido desacuerdos con el equipo y ha intentado cambiar el frío del Klondike canadiense por el calor de las junglas de Guyana.
Aún así, a pesar de las dificultades, el grupo persevera gracias a la guía de este curioso personaje. Te contamos algunos tips para ser un buen líder, inspirados en este carismático –y a menudo controversial– buscador de oro, Todd Hoffman.
Aprende a lidiar con el agotamiento y frustración
Desde el estreno del programa, Hoffman y su equipo han sabido arriesgarse más que cualquiera gracias a sus ideas radicales, aunque estas no siempre terminen siendo un éxito. Los fanáticos más memoriosos del programa recordarán las frustraciones del equipo de Todd que, en la primera temporada, apenas logró recolectar 14 onzas de oro.
En un trabajo como éste nada está asegurado, y quienes se dedican a este oficio deben saber lidiar con las fricciones personales que normalmente se generan durante las malas rachas.
La clave para líderes como Todd, pues, consiste en saber recomponer la moral de su gente, algo que a menudo logra gracias a su fe.
Sé un apasionado por el trabajo
Todd Hoffman entró a este negocio por necesidad, con pocos conocimientos prácticos pero con mucha determinación. Su idealismo es lo que lo mantiene trabajando hasta el día de hoy, y quizá por eso su fórmula para el éxito no sea tan complicada: si el líder es apasionado, y sus colaboradores comprometidos, a menudo se pueden lograr resultados inesperados.
La paciencia y perseverancia de Hoffman al final de la temporada tres dejó a su equipo con el botín más grande visto en el programa hasta ese momento: 803 onzas del metal, cantidad nada desdeñable ya que les procuró más de un millón de dólares en ganancias.
Entiende que no hay seguridades
En un negocio como el de la minería hay que lidiar con muchos riesgos, y el de la búsqueda de oro en Alaska es uno de los trabajos más complicados y demandantes del mundo. A menudo, para acceder a las zonas donde se busca minar, los equipos de Fiebre de oro deben construir kilómetros de camino para formar un campamento antes de comenzar a excavar, una hazaña que no solo requiere de las máquinas pesadas, sino que también de una considerable inversión de tiempo.
Todo este trabajo, por supuesto, no es garantía de que el oro realmente se encuentre debajo de sus pies. “Tuvimos suerte con muchas cosas y creo que Dios me dio la oportunidad de probar con esto”, admite Todd. “No es perfecto. No soy un jefe perfecto y ellos no son trabajadores perfectos, pero nos tenemos un cariño que es diferente que cualquier otro equipo en el Klondike, y eso se ve”.
Tu equipo es tu familia
Estar constantemente expuesto a las condiciones climáticas de las tundras de Alaska no es sencillo para los protagonistas del programa, ni mental ni físicamente. En los cortos meses en los que transcurre la temporada de minería –entre junio y septiembre–, encontrar el oro suficiente antes de que el suelo vuelva a congelarse no es una tarea fácil, pero la camaradería y la amistad formada entre el grupo les permite seguir adelante cuando todo parece perdido.
“Mis muchachos trabajan muy duro pero no quiero explotarlos al punto de que me odien”, dice Todd. “Estos muchachos son mi familia, pero trabajamos juntos. Es la gente que te está ayudando a criar a tus hijos y la gente a la que le estás confiando tu vida, ¿sabes?”.
Asume los errores
Los episodios en Sudamérica –que se concibieron como un plan para continuar trabajando en los meses fuera de temporada– terminaron siendo, en palabras de Todd, una de las experiencias más desmoralizantes y vergonzosas que le tocó vivir con su equipo. Pero los verdaderos líderes no aprenden de los éxitos, sino de los fracasos.
Uno de los momentos más duros para Todd fue la excursión por las selvas de Guyana, donde la falta de preparación y desconocimiento del terreno los dejó en la quiebra y con la renuncia de uno de los miembros del equipo.
Aprende a medir los riesgos
La minería es peligrosa: requiere el uso de máquinas que no siempre son confiables, especialmente si las construiste tú mismo –como hacía Todd en los primeros días del programa cuando apenas tenía dinero suficiente para pagar el combustible–. Pero las malas condiciones climáticas y las lesiones también pueden asomar la cabeza en cualquier momento para arruinar por completo la temporada de todo un grupo de personas.
Todd sabe que, a pesar de los tropezones, su experiencia ha sido afortunada. “Muchas veces logramos esquivar cosas que se nos caían encima”, recuerda. ”Varias veces casi nos caímos del camino…”.
Saber cómo arrancar las excavadoras, al parecer, no es la única condición necesaria para convertirte en un verdadero buscador de oro del ártico.
Fuente: Discovery